Rodolfo y su viaje a Roma

Hola que tal chicos mi nombre es Rodolfo soy licenciado en Turismo en esta oportunidad les traigo un par de consejos super importantes a la hora de viajar al maravilloso destino turistico conocido como la antigua Roma, aca les dare un par de consejos de mucha utilidad para que tengan un viaje espectacular.

Desplazarse a pie siempre es de mucha utilidad en Roma siempre que puedas, vete andando a los sitios. Es el mejor modo de llegar a conocer una ciudad como Roma, donde cualquier rincón puede esconder una sorpresa. La mayoría de los monumentos importantes se encuentran dentro de la muralla aureliana, que delimita el centro de la ciudad y cuya área es bastante asequible a pie especialmente agradables para pasear son las zonas que mantienen el trazado medieval y renacentista: en torno a la Piazza Navona, el Panteón, Campo de' Fiori, el barrio judío y el Trastevere. Cuando te hayas familiarizado un poco con la ciudad, dedica algún tiempo a callejear sin mapa por estas zonas, dejándote llevar por la intuición.
Es importante llevar calzado cómodo (nunca recién comprado) y prepararse para acabar el día agotados. Hay incluso quien se entrena, los días previos al viaje, con largas caminatas por su ciudad para llegar a Roma mejor preparado.

La comida del mediodía es un menu muy amplio Si te gusta estrujar el tiempo al máximo, no lo pierdas al mediodía con una comida formal en un restaurante. Busca uno de esos locales donde se sirve pizza al taglio (pizza al corte, se cobra por peso), y en 15 minutos estarás listo para seguir explorando la ciudad.
Por la noche, en cambio, puedes buscar un buen restaurante para cenar, un lugar tranquilo y con encanto, en el Trastevere, junto a Campo de' Fiori o a la Piazza Navona.

Los horarios romanos son muy importantes conocerlos en Roma todo comienza a funcionar una media hora antes que en una ciudad española, y también se come un poco antes. A media tarde, muchos monumentos están ya cerrados, y anochece una hora antes que en Madrid. De modo que es bueno madrugar. Procura salir del hotel no más tarde de las 8.30.
Las siguientes orientaciones generales sobre horarios de Roma te ayudarán a planificar mejor tu viaje:

Algunos de los principales monumentos (Coliseo, Foro Romano, Termas de Caracalla...) abren en torno a las 8.30-9.00, y cierran pronto por la tarde, sobre todo en invierno, ya que el cierre está asociado a la puesta de sol: en invierno a las 16.30 y en verano a las 19.15.
Los Museos públicos, en cambio, abren también a primera hora (9.00 o algo antes) pero aguantan más tiempo abiertos (hasta las 19.30-20.00), por lo que son una buena opción para la última hora del día.
Las 4 basílicas mayores (S.Pedro, S.María, Letrán y S.Pablo) abren muy pronto (7.00) y cierran a media tarde (entre 18.00 y 19.00). No cierran a mediodía.
La gran mayoría de iglesias romanas sí cierran a mediodía, de 12.30 a 15.00 ó 15.30. Tenlo en cuenta, especialmente, si vas a ver las que están más alejadas del centro, para no hacer el viaje en balde.

Cuidado con los domingos y los lunes
Casi todas las iglesias de Roma tienen culto, y algunas de ellas no se pueden visitar durante las celebraciones litúrgicas. Entre semana, las iglesias pequeñas suelen tener una misa a primera hora del día y otra a última, de modo que apenas interfieren con el turismo. Pero los domingos las Misas son más frecuentes. Por tanto, si te es posible planifica otro tipo de visitas para los domingos.
Por otro lado, el lunes es el día de cierre de los Museos públicos de la ciudad.

La Historia de Roma es muy larga e interesante, Roma no es un destino cualquiera. La capital del antiguo Imperio conserva buena parte de nuestras raíces culturales (de hecho, dos de los mejores emperadores romanos nacieron en Hispania).
No estaría de más, por tanto, repasar algo de historia de Roma antes del viaje. Saber quiénes fueron Pompeyo, Julio César, Augusto, Vespasiano... dará una profundidad insospechada a tu viaje a Roma.
Nuestra guia de Roma contiene 11 pistas que recorren de modo sintético toda la historia de Roma, desde sus orígenes hasta el siglo XX. Puedes ir escuchándolas durante las esperas en el aeropuerto o en el viaje de avión. Aterrizarás en Roma bien preparado para disfrutar el doble.

Tienes que tener cuidado con la vestimenta en los lugares sagrados, especialmente en verano. En muchos no dejan entrar si no se va con pantalón largo, hombros cubiertos y falda hasta la rodilla. Son especialmente estrictos en San Pedro del Vaticano y Santa María Mayor.

Roma posee un rico patrimonio procedente de distintas épocas históricas. Las ruinas de la Antigüedad nos permiten reconstruir con la imaginación cómo era la Roma imperial. Pero después de pasar tres horas en el Foro Romano, viendo columnas rotas y piedras esparcidas, te apetecerá entrar en un edificio que todavía se mantenga en pie. Del mismo modo, si en un solo día visitas 20 iglesias barrocas, quedarás tan “saturado” que todas te parecerán iguales.
Nuestro consejo es que vayas alternando monumentos de un tipo y de otro: ruinas antiguas, iglesias medievales, renacentistas o barrocas, con museos de arte y con las animadas plazas de la ciudad. En Roma tienes suficiente variedad para evitar la monotonía.

No quieras verlo todo. Deja cosas para volver
Roma es una ciudad "inagotable". Los romanos suelen decir que para conocerla non basta una vita. Si es tu primera visita, no quieras verlo todo. Aprovecha para hacerte una idea general de la ciudad, saber lo que hay y lo que te falta por ver. Visita los lugares con calma, aprendiendo su historia y su significado. Cada monumento es un mundo. No quieras marcharte corriendo, nada más llegar, para ver lo siguiente. De este modo, verás menos cosas, pero podrás saborearlas más.

Hoy en día pocos pueden permitirse el lujo de viajar como los románticos del siglo XIX, que permanecían meses e incluso años en el mismo destino, empapándose de su alma, y volvían transformados. Pero tampoco es cuestión de hacer un turismo alocado que sólo desea llegar a los sitios para sacarse la foto y marcharse a todo correr.
Si la saboreas con calma, quedarás “atrapado” por esta ciudad única en el mundo: a Roma siempre se acaba volviendo.